La Sociedad de Conciertos de Alicante abrió la temporada 2023/24 con una actuación soberbia de la excepcional pianista Elisabeth Leonskaja, una de las grandes y más longevas damas de la música clásica mundial. En la primera actuación de la temporada ejecutó con excelsa maestría un monográfico con tres obras de Schubert que ofrecen experiencias musicales de singular belleza que comparten expresividad, romanticismo, belleza melódica y expresividad. El numeroso público disfrutó de casi dos horas de intensos contrastes emocionales y de armonías inesperadas con una Leonskaja en plenitud de facultades e inspiración.
Abrió el repertorio con una excelente interpretación La Sonata para Piano n. 6 en Mi Menor, D. 566, una obra que se caracteriza por sus momentos emotivos y conmovedores, que transitan a toda velocidad desde la melancolía hasta la alegría. La pianista ejecutó magistralmente la amplia gama de dinámicas de la pieza y las armonías llenas de creatividad, generando momentos de tensión y liberación que atraparon a los asistentes.
Elisabeth Leonskaja superó con destreza el desafío técnico de la segunda pieza, La Sonata para Piano n.º 19 en Do Menor D. 958, una obra de gran importancia en el repertorio pianístico del compositor austríaco, un ejemplo destacado del genio creativo de Schubert. Especialmente virtuosa se mostró la artista en la ejecución del primer movimiento, que define el tono sombrío y apasionado que se mantiene a lo largo de toda la obra marcada por los contrastes de estados de ánimo, en la que dominan el drama y la profundidad emocional. Leonskaja fue ascendiendo hacia un último movimiento especialmente impresionante lleno de energía y brillantez. El público le agradeció el derroche de talento con un caluroso aplauso.
Después del descaso abordó La Sonata para Piano n. 17 en Re Mayor, D. 850, conocida como “Sonata Gasteiner,” una obra significativa en el repertorio pianístico de Franz Schubert llena de genialidad, con tonos solemnes y heroicos que la diferencian de otras sonatas del autor. La interpretación estuvo llena de contrastes dinámicos y de atractivas texturas que definen la exploración de progresiones armónicas sorprendentes, que aportan hondura y maravillosa complejidad. Leonskaja superó con notable éxito y una habilidad pianística considerable los retos de una pieza de gran dificultad. La pianista cerró la actuación con un virtuosísimo tercer movimiento lleno de alegría, energía y vitalidad, que cautivó al público.
La merecida ovación que los asistentes dedicaron a la artista recibió una recompensa en forma de dos magníficos bises: el impromptu-Fantasy, de Chopin y El Andante de la Sonata Facile KV 545, de Mozart.