El bajo nacido en Crevillente, Manuel Fuentes, debutó con un notable éxito en la programación de la Sociedad de Conciertos de Alicante, magníficamente acompañado al piano por el pianista italiano Giorgio Celenza. Su voz potente, clara, con gran proyección y perfectamente timbrada, son claves inequívocas de la gran carrera que le espera a este joven cantante, que deleitó al público con un repertorio variado, lleno de matices, en el que abordó temas de gran belleza y enorme dificultad técnica.
Ambos artistas ofrecieron una magnífica velada musical que abrieron con dos piezas de la ópera Die Zauberflöte (O isis und Osiris y In diesen heil’gen hallen), de Mozart, en las que el personaje Sarastro, con una música excepcionalmente hermosa y variada, la primera, y mucho más solemne y majestuosa, la segunda. Un desafío vocal de amplio rango y requerimientos técnicos que Fuentes superó con una magnífica nota.
Continuaron con la Calunnia è un venticello (Il barbiere di Siviglia), de Rossini, una famosa pieza del personaje de Don Basilio, un personaje secundario que es un maestro de música intrigante, que sonó ligera como la velocidad a la que se expande la calumnia. Fuentes dio muestras de su dominio en las exigentes florituras vocales que requiere su interpretación.
Antes de la siguiente interpretación vocal, el pianista italiano Giorgio Celenza, exhibió su dominio técnico con una estupenda interpretación de Notturno, de Respighi, una obra destacada en el repertorio de música clásica, apreciada por su belleza melódica y su extraordinaria evocación atmosférica, llena de preciosas texturas.
Cerró Fuentes la primera parte con tres piezas de Tosti: Ideale, Malia y Vorrei Morire. El bajo viajó con gran facilidad de la serenata de amor, lenta y melódica, de la primera, con una melodía suave llena de lirismo. En Malia presentó el amor desde una visión más triste y melancólica, llena de dolor y amargura. La tercera, Vorrei Morire una de las composiciones más populares del compositor, llena de sentimiento de pena y deseo de morir debido al sufrimiento causado por el amor no correspondido. Fuentes dio muestras de su capacidad técnica en los giros melódicos y en las ricas armonías de este tema, lleno de expresividad e intensidad pasional. La gran altura de las interpretaciones de esta primera parte fue correspondida por el público con una calurosa ovación.
Abrió la segunda parte del concierto un pasaje instrumental del pianista, que dio paso al momento de los maestros italianos Puccini y Verdi. La primera aria que cantó fue Vecchia Zimarra (La Bohème), de Puccini. Es un fragmento de una de las óperas más populares y ampliamente representadas del repertorio operístico, interpretado por el personaje de Colline, uno de los amigos de los protagonistas, Rodolfo y Mimi. Fuentes transmitió con veracidad un momento de profunda introspección y reflexión, con una interpretación conmovedora y melódica, en la que proyectó toda la versatilidad y fuerza de su voz.
Cerró la gran actuación con dos piezas de Verdi. La primera, Il lacerato spirito (Simon Boccanegra), que corresponde al personaje Paolo Albiani, es una de las arias más complejas de esta obra maestra del compositor. Fuentes tuvo momentos de máxima intensidad, en los que pudo lucir su habilidad vocal, su técnica vocal y dramática para expresar la amargura de un personaje maquiavélico. Para cerrar la actuación se enfrentó con éxito a una de las piezas más destacadas del repertorio operístico italiano para bajo, en la que el artista tuvo que mostrar una gran técnica vocal para transmitir la complejidad emocional del personaje, llena de líneas melódicas profundas y emotivas por la desesperación y el sufrimiento del personaje. Fue un cierre emotivo y desgarrado, para una gran velada de canto memorable.
Ante la insistencia del público interpretó como bis la romanza Mi barca vieja de la zarzuela La Galeota, de Salvador Codina.