De la grandiosidad de Beethoven al intenso dramatismo de Dvorák
El Josef Suk Piano Trio ha elegido para su debut en la programación de la Sociedad de Conciertos de Alicante dos piezas largas, de gran belleza y notable dificultad interpretativa, compuestas por Beethoven y Dvorák para la combinación piano, violín y violonchelo.
En la primera parte de la actuación interpretaron el Trío en si bemol mayor, op. 97, compuesta por Beethoven entre 1809 y 1811. Esta pieza, también conocida como «Archiduque» por estar dedicada al archiduque Rodolfo de Austria, mecenas y amigo del compositor, es una obra clave en la música de cámara, muy exigente para los integrantes del trío por su grandiosidad arrolladora y por la sutil expresión de la combinación de cuerda y piano. Los músicos abordaron con maestría la combinación de momentos dulces con otros de fuerza e intenso ritmo conservando la estructura armónica.
Después del descanso, el trío formado por el violinista Radim Kresta, la violonchelista Aneta Šudáková, y Václav Mácha al piano, abordó el Trío en fa menor, op. 65, B 130, del compositor checo Antonín Dvorák, una pieza del último cuarto del siglo XIX, en la cima de su carrera. Los tres músicos dieron muestras de su virtuosismo en la interpretación de esta pieza llena de energía, sentimiento construido con el sentido natural de la melodía, de la estructura, de la desnudez de profundas emociones y de la exquisita sonoridad que definen a esta obra del compositor posromántico, que destaca por su riqueza de expresión, intimidad, dramatismo y gran intensidad, que encierran un fondo de oscuridad. El final, lleno de brío, ofrece un retorno al exuberante estilo folclórico popular que con maestría manejó el compositor.
El público les premió el esfuerzo con un intenso aplauso y el trío les recompensó con el bis de una parte del Círculo: fantasía para piano, violín y violonchelo: op. 91, de Joaquín Turina.