El digital ritmo.es publica un artículo escrito por el crítico José Antonio Cantón titulado “Magistral autoritas de Grigory Sokolov”, en el que afirma que “la presencia de Grigory Sokolov en la programación de la Sociedad de Conciertos Alicante ha significado la cita culmen de la presente temporada, dada la magnificencia de este pianista sin igual desde hace décadas en el panorama internacional. Era esta su cuarta visita en la historia de la prestigiosa institución musical alicantina ofreciendo un programa con dos autores bien diferenciados; el virginalista William Byrd, uno de los más grandes músicos ingleses del siglo XVI perteneciente a la época isabelina, y Johannes Brahms, una de las cimas del romanticismo”.
En la publicación afirma que “haciendo excelencia de su aproximación al primero, el pianista petersburgués hizo énfasis en la poética musical del británico, que prefiere las atmósferas brumosas y los ambientes sonoros suavemente ondulantes, desde un poder de articulación realmente prodigioso que le permitía ofrecer con mágico lirismo la más exquisita gracia de un temperamento de la más refinada simplicidad que pueda imaginarse”. Después de hacer un exhaustivo recorrido por cada una de las piezas que tocó el maestro ha puesto de manifiesto que “el público, que llenaba el aforo del Teatro Principal quedaba absorto ante la magnificencia artística contemplada, situada más allá de cualquier dimensión narrable”.
Afirma que “el concepto que se puede extraer de la interpretación que ha retomado Grigory Sokolov de las Cuatro baladas, Op. 10 de Johannes Brahms después de su admirada grabación realizada al principio de la primera década de la presente centuria para el sello discográfico Op.111/Naïve no difiere en lo sustancial de estas obras, que las afronta tratando sus ideas melódicas sin ningún tipo de elaborada mediación dialéctica, de impactante forma directa, en la que extrae toda la razón de ser de cada nota exprimiéndola hasta sus últimas consecuencias musicales y sonoras, enriqueciendo la experiencia del oyente que se siente envuelto en una elaboración paradigmática de un nivel que sólo es comparable en elevación con la de los grandes maestros del teclado en este compositor como Claudio Arrau, Julius Katchen, Alfred Brendel o el inefable Radu Lupu, que lo han cantado por sí solo siempre, sin ningún tipo de afectación, con una excelsa convicción estética”.
Resalta en su crítica que “el recital no pudo tener un mejor final que con la apasionada Rapsodía en Sol menor que completa este magistral opus. Haciendo un avasallador planteamiento, este colosal pianista fue desgranando las diferentes ideas que contiene esta imponente página del mejor pianismo rapsódico imaginable que, como la pieza anterior, desembocando en una coda con concluyente serenidad ponía punto final a un recital absolutamente memorable que levantó al público de los asientos en una delirante ovación. Se cerraba así la gira que ha venido ofreciendo Sokolov por España presentando el nuevo programa para su periplo internacional del presente año”.
Destaca que el maestro confirmó su magistral autoritas con seis bises que se iniciaban con la Chacona en Sol menor ZT 680 de Henry Purcell, en la que hizo toda un exhibición de ornamentación”.
Cierra su escrito señalando que “cumplía de nuevo la Sociedad de Conciertos Alicante con sus socios al ofrecerles la mejor música posible por uno de los más grandes intérpretes surgidos desde que ganara en marzo de 1966, con sólo dieciséis años, el más prestigioso galardón de piano del mundo, la medalla de oro del Tercer Concurso Internacional Chaikovski de Moscú con un jurado de lujo presidido por el mítico pianista Emil Guilels acompañado entre otros vocales por los eminentes violonchelistas Mstislav Rostropóvich y Pierre Fournier”.
Para leer el artículo completo, seguir este enlace