El pianista español Luis Fernando Pérez llena de intensa musicalidad el Teatro Principal
El pianista Luis Fernando Pérez superó con buena nota la difícil tarea de sustituir al gran maestro internacional Yefim Bronfman, que no pudo viajar a Alicante por problemas burocráticos con su visado. A pesar del escaso tiempo que ha tenido para prepararlo ofreció un recital vibrante, con un programa lleno de energía y emoción.
Abrió su puesta en escena con el bello, lleno de contrastes y muy popular Claro de luna op. 27 n.º 2, de Beethoven; perfectamente llevado con brillantez desde el misticismo inicial hacia la intensidad final. A continuación, se introdujo en la obra de Claude Debussy con la pieza Claro de Luna de la Suite Bergamasque, que toma el nombre de un poema de Paul Verlaine. Una pieza breve y vigorosa, llena de barroquismo, que Luis Pérez interpretó con maestría.
Tres mazurcas (Op. 17 n.º 2, Op. 17 n.º 4 y Op 30 n.º 4), de Frédéric Chopin, sonaron llenas de expresividad, ingenio, refinamiento y ritmo.
Cerró el concierto con obras de los compositores rusos Alexander Scriabin y Serguéi Rachmaninov. Los 10 Preludios de Scriabin y el Preludio en do sostenido menor, op. 3, n.º 2, de Rachmaninov, una de sus obras más conocidas, fueron un brillante cierre para un magnífico concierto. Luis Fernando agradeció los aplausos del público con un bis de Federico Mompou, la obra Jeunes Filles au Jardin, del ciclo de las Escènes d’Enfants.
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