El pianista Seong-Jin Cho ofrece en Alicante un concierto inolvidable
El pianista coreano Seong-jin Cho es una de las grandes revelaciones de los últimos años en la música de cámara. Desde su primera visita a la Sociedad de Conciertos en 2020 ha experimentado un crecimiento artístico exponencial hasta alcanzar una posición de privilegio en el Olimpo de los pianistas más aclamados del mundo. Buena muestra de ello es que en una encuesta realizada por uDiscoverMusic, en la que participaron más de 11.000 personas de 25 países, ha sido considerado el pianista más popular del mundo, entre los cuatro músicos clásicos más relevantes del universo.
Seong-Jin Cho es ya una apuesta segura. En su concierto en Alicante ofreció un recital seleccionado con esmero que combinaba a la perfección dificultad técnica y brillantez, energía y sutileza, manteniendo en todo momento un altísimo grado de poesía y estética.
El pianista desplegó todo su asombroso talento desde la primera nota de la Suite HWV 427 y la Suite HWV 433, de Händel, piezas en las que demostró su excelso talento y su exquisito refinamiento musical para expresar al eclecticismo de distintos estilos que caracteriza a Händel, con una combinación equilibrada del melodismo italiano, el contrapunto germánico y la afinación británica.
Finalizó la primera parte con Händel Variations, de Brahms, una pieza monumental del barroco que el biógrafo Jan Swafford describe como “quizás el mejor conjunto de variaciones para piano desde Beethoven”.
Seong-Jin Cho desplegó todo su virtuosismo para deslumbrar con su interpretación de la melodía galante para integrarla en una obra de enorme alcance y deslumbrante variedad llena de energía, imaginación y frescura, que va creciendo en intensidad y dificultad hasta concluir con una fuga exuberante llena de intensidad y momentos fulgurantes, en los que el artista dejó claro su gran talento.
La ovación con la que le despidió al descanso el público hacía presagiar una gran segunda parte en la que interpretó dos obras de uno de los compositores con los que más se identifica, Robert Schumann: Tres piezas de fantasía op.111 y Symphonic Etudes op.13.
La primera de ellas, Drei Fantasiestücke op.111, es una obra menos popular que otras del mismo autor, pero de gran calidad, llena de lirismo, melancolía e introspección. Seong-Jin Cho supo sumergirse en el tono apasionado y en el brío rítmico que le imprimió el compositor, para reflejar con precisión todos los cambios emocionales llenos de matices y dinamismo, capaz de expresar la tormenta y la calma con la misma intensidad y precisión.
Cerró el concierto con una magistral interpretación de Symphonic Etudes op.13, una obra muy exigente, considerada quizá la más difícil de la literatura pianística. Seong-Jin Cho exhibió su madurez y decisión para abordar piezas complejas, demostrando su capacidad poética, su técnica y su energía; una apuesta por la calidad musical que le hace ganar todos los concursos a los que se presenta. Da la impresión de que toca el piano para convertir su obra en eterna, en obras de arte.
El público, puesto en pie entusiasmado, le premió con una larguísima ovación, a la que el artista correspondió con dos bises de contrastada belleza y calidad, una obra breve de Händel y una extraordinaria y vitalista interpretación de La polonesa heroica, de Chopin.
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