El pianista suizo Francesco Piemontesi dejó constancia de la sofisticación de su estilo, su gran claridad interpretativa y su comprensión de la música clásica. En su primera visita a la Sociedad de Conciertos de Alicante mostró sus grandes dotes artísticas, que le convierten en uno de los intérpretes más relevantes de la música clásica contemporánea. Es un artista muy completo que se centra en la expresividad emocional y en la profundidad conceptual de las obras que interpreta con sutiliza.
Beethoven fue el autor elegido para la primera parte del concierto. Abrió el concierto con la Sonata para piano n,º 21 en do mayor, Op. 53 “Waldstein”, una pieza de dimensión monumental, que destaca entre las más emblemáticas del repertorio pianístico del autor. El pianista supo transmitir la gran variedad de elementos que le confieren su estructura expansiva, generando un diálogo imaginario entre instrumentos y su riqueza contrapuntística. Estuvo brillante al abordar los contrastes dinámicos, los cambios de textura y las figuras melódicas para crear la ilusión de un conjunto de música de cámara dentro de la sonata, para explotar una amplia gama de emociones, desde la exuberancia y la euforia hasta la melancolía.
Después de impresionar con la primera interpretación ofreció la Sonata para piano n.º 30 en mi mayor, Op. 109, el artista bordó la interpretación de una pieza que sonó llena de intimismo, pero también de motivos musicales imaginativos que transmitieron expresividad y colores pianísticos, con los que Piemontesi generó contrastes dramáticos, con pasajes en los que brillaron los diálogos entre las manos derecha e izquierda del pianista.
En la segunda parte deleitó al público con los fascinantes Preludios-Libro II, de Debussy, un reto solo al alcance de grandes virtuosos como Piemontesi, que exploró con éxito en la variada gana de estilos, atmósferas y emociones que ofrecen la obra. El artista derrochó calidad técnica para abordar las diferentes líneas melódicas que crearon una textura musical compleja y dinámica. En cada preludio el público vivió enfoques únicos, desde lo más etéreo hasta las secciones densas y complejas.
Las distintas piezas cuentan una narrativa emocional sutil pero poderosa, que evocó una amplia gama de estados de ánimo, desde el misterio de Brouillards, hasta la explosión de energía y color de efecto hipnótico y enigmático de Feux d’artifice, pasando por el ambiente festivo, incluso extravagante de General Lavine – eccentric
Los asistentes despidieron a Piemontesi con una gran ovación, a la que el artista respondió con Wachet auf, de Bach/Kempff; y la Adaptación del estudio de Chopin op 25/1, de -Godowski,