La poesía musical de Elisabeth Leonskaja
La impecable y vibrante interpretación de la célebre Sonata en la mayor KV 331, de Wolfgang Amadeus Mozart, más conocida como La Marcha Turca, abrió el magnífico concierto que la pianista Elisabeth Leonskaja ofreció en el Teatro Principal de Alicante, dentro de la programación de la Sociedad de Conciertos.
La interpretación de la segunda obra, 6 kleine Stücke op. 19, de Arnold Schönberg, tuvo la peculiaridad de tener una sonoridad muy particular; esta pieza musical demostró ser un claro ejemplo de la minuciosidad con la que la pianista ejecuta cada una de las notas; que se caracterizan por su extrema expresividad y su extraordinaria brevedad. Especialmente profunda y plena sonó la última de las pequeñas piezas, que Schönberg dedicó al compositor Gustav Mahler.
Cerró el concierto con una soberbia interpretación de la Sonata op. 5 en fa menor de Johannes Brahms, la última de la trilogía de sus sonatas, que integra una combinación magistral del espíritu romántico y la arquitectura clásica, y que recoge el espíritu de la Quinta Sinfonía de Beethoven. Elisabeth Leonskaja interpretó con excepcional maestría todos los movimientos de esta fantástica pieza, que es un ejemplo de la altura musical de Brahms.
La pianista agradeció el caluroso y prolongado aplauso del público con dos bises: el primero de ellos un impromptu de Chopin, y el segundo, un genial fragmento de una sonata de Mozart; un broche de oro a una fantástica velada de la mejor música de cámara.