PROGRAMA SIN PAUSA
LUIS FERNANDO PÉREZ, piano
BEETHOVEN
Sonata quasi una fantasia “Claro de luna” op.27 n.2 (17min)
Adagio sostenuto
Allegretto
Presto agitato
DEBUSSY
Claro de Luna (de la “Suite Bergamasque”)(6min)
CHOPIN
3 mazurkas (11 min)
Op 17 nº2
Op 17 nº4
0p 30 nº4
SCRIABIN
Diez preludios (12min)
op.13 n.1
op.2 n.2
op.11 n.6
op.11 n.10
op.11 n. 12
op.16 n.4
op.11 n.20
op.11 n.1
op.15 n.4
op.11 n.14
RACHMANIOF
Cinco preludios en do sostenido menor op.3 n.2 (26 min)
en re mayor op.23 n.4
en sol menor op.23 n.5
en mi bemol mayor op.23 n.6
en si bemol mayor op.23 n.2
BÍO Luis Fernando Pérez, piano
Alabado por su virtuosismo, su colorido juego y su extraordinaria y rara capacidad de comunicarse directamente con su público, Luis Fernando Pérez es considerado uno de los artistas más excepcionales de su generación y «El Renacimiento del piano español» (Le Monde).
Aplaudido por unanimidad por los críticos mundiales y propietario de numerosos premios como el Premio Franz Liszt (Italia) y el Premio Granados-Alicia de Larrocha (Barcelona), Luis Fernando es dueño también del Albeniz Medall, que le fue entregado por su destacada interpretación de Iberia. , considerado por la revista Gramophone como «uno de los cuatro míticos» (junto con los de Esteban Sánchez, Alicia de Larrocha y Rafael Orozco).
Luis Fernando pertenece a este raro grupo de músicos destacados que han sido enseñados por artistas legendarios; con Dimitri Bashkirov y Galina Egyazarova, estudiantes del gran Alexander Goldenweiser, siguiendo una tradición directa después de que Liszt fuera considerado el mejor estudiante Siloti- más adelante con Pierre-Laurent Aimard y con la gran pianista española Alicia de Larrocha y su asistente Carlota Garriga en el Academia Marshall en Barcelona. Es precisamente en la Academia Marshall al lado de Larrocha donde se especializa en la interpretación de la música española, obteniendo su Maestría en Interpretación de la Música Española y donde también trabaja todo el piano de Federico Mompou con su viuda, Carmen Bravo. También recibió lecciones continuas y clases magistrales de grandes artistas como Leon Fleisher, Andras Schiff, Bruno-Leonardo Gelber, Menahen Pressler, Fou Tsong y Gyorgy Sandor.
Ha colaborado con numerosas orquestas como la Orquesta Nacional Española, Montecarlo Filharmonic, Sinfonia Varsovia, Franz Liszt Chamber Orchestra, Filharmonia Baltycka, Enemble Kanazawa (Japón), Real Filarmonía de Galicia, OBC (Barcelona), BOS (Bilbao), Ensemble National de París, Orquesta Nacional de Brasil … y junto a grandes directores como Ros Marbá, Georges Tchitchinadze, Kazuki Yamada, Jesús López Cobos, Jean-Jacques Kantorow, Dimitri Liss, Paul Daniel, Rumon Gamba, Carlo Rizzi.
Luis Fernando realiza giras por todo el mundo y actualmente está invitado a festivales como el Festival Richter, La Roque D´Anthéron, el Festival Internacional de Granada, el Festival Internacional de Santander, Quincena Donostiarra, Musica-Musika (Bilbao), Festival Schleswig-Holstein, La Folle Journee en Japón, Nantes, Varsovia, Ekaterimburgo y salas como el New York Carnegie Hall, Naciones Unidas, la Universidad de Nueva York, Auditorio Nacional (Madrid), Auditori de Barcelona, Palacio Euskalduna (Bilbao), Salle Gaveau (París), BOZAR (Bruselas), Flagey Musique´3 Festival, Varsovia Filharmonic, MUPA (Budapest), Dom Musiki & Tchaikovsky Conservatory (Moscú), Saint Petersburg Filharmonic, Tokyo Opera City, Forbiden City Beijing, Shangai … También mantiene una intensa actividad como músico de cámara colaborando con colegas como Marta Gulyas, Gerard Caussé, Leticia Moreno, Momo Kodama, Cuarteto Casals, Cuarteto Bartok, Cuarteto Ardeo, Cuarteto Enesco, Cuarteto Modigliani y Adolfo Gutiérrez Arenas.
A pesar de su juventud, Luis Fernando tiene un extenso catálogo de grabaciones que han recibido numerosos premios. Todos sus discos son «Disco Excepcional» de la revista española Scherzo. Actualmente es artista del sello francés Mirare. Sus «Goyescas» de Enrique Granados ganaron el Diapasson D´or y el Choc del año de la revista Classica. Recientemente, su última grabación, recibió el premio Fortissimo de Télerama y 5 * de Diapasson. Actualmente está trabajando en su nuevo album que surgirá este próximo otoño.
Junto con su frenética actividad , Luis Fernando mantiene una intensa dedicación a la enseñanza en el Centro Superior Katarina Gurska (Madrid) y la Academia Marshall en Barcelona, tras la estela de su maestra Alicia de Larrocha. También es maestro de piano y música de cámara en el Conservatorio Superior de Aragón (Zaragoza) como profesor invitado en la Universidad Senzoku de Tokio.
COMENTARIOS
Es admirada por nuestros socios la belleza del popular Claro de luna de Beethoven; imprescindible en su repertorio pianístico. Gran comienzo para un concierto tan rico en contrastes y conexiones. El Claro de luna es conocido por su carácter místico, que obedece a la atmósfera de dolor creada, iniciándose con un movimiento lento dotado de gran misterio. Le sucede un scherzo, con temas elegantes y cautivadores, que conduce hasta el estremecedor finale, Presto agitato, que expresa su ferocidad, siendo el momento decisivo de la obra.
Lo hemos dicho en otras ocasiones: las relaciones entre la música y la poesía son íntimas y constantes; el simbolismo, por ejemplo, tuvo afinidades profundas con la música; el poeta representativo del «Clair de lune» de Debussy, que escucharemos hoy, es Verlaine, en concreto su poema Fêtes galantes. Este poema nos enseña la habilidad de Debussy para reducir un tema a su más mínima expresión.
Si algún compositor ha sido admirado en la Sociedad de Conciertos, ese es Chopin. Continuamos el recital de piano con tres de sus mazurcas, que se caracterizan por su expresividad y nos enseñan la conexión entre el mundo interior de un artista y el espíritu de su nación. Y es que Chopin abandonó la polonesa algún tiempo para adentrarse en la composición de las mazurcas, que no son sino especulaciones múltiples, ingeniosas, diversas, sobre determinadas constantes rítmicas. No nos sorprende que Bergman eligiera la mazurka en la menor, op. 17 n.º 4 para su obra maestra Gritos y susurros; el color rojo tiene no sé qué de exaltado y contenido, de bárbaro y refinado, que convocan al adjetivo chopiniano.
Después de la ejecución de esta obra, es el turno de música de dos compositores rusos: Scriabin y Rachmaninov, que nacieron con un año de diferencia, y que recorrieron diferentes caminos. Armónicamente, Alexander Scriabin fue uno de los grandes innovadores del siglo XX. Rachmaninov, por su parte, ha sido considerado como el compositor ruso más importante, después del «grupo de los cinco». Los 10 Preludios de Scriabin y el Preludio en do sostenido menor, op. 3, n.º 2 de Rachmaninov suponen un maravilloso final para este concierto.