La pianista Varvara ofreció un concierto en el Teatro Principal de Alicante lleno de sinceridad y fiel a uno de sus principales principios: “…el desafío más importante es explorar el mundo de cada compositor, expresarlo y desarrollarme de acuerdo con él…”. Esta artista de gran carácter, musicalidad inusual, versatilidad y profundas convicciones interpretativas, se empleó a fondo para ofrecer un gran recital en el que volvió a demostrar su gran pasión por la música clásica, su excepcional talento y su creciente madurez.
Ofreció un programa con dos piezas complejas y llenas de contrastes. En la primera parte el Allegretto en do Drei Klavierstücke D.946, de Schubert, una obra que destaca por su carácter intimista y confesional. La composición está llena de expresividad melódica y una progresión armónica dibujada por algunos de los acordes más característicos y únicos del creador. La fuerza de Varvara impregnó el sentido romántico y emotivo de la pieza. Destacó la maestría con la que la pianista creó ritmos muy fluidos y unas texturas musicales expresadas como capas sonoras diferentes y cambios abruptos de volumen para generar momentos impactantes y dramáticos. Varvara, a lo largo de toda la pieza, supo conseguir contar una historia creando paisajes sonoros evocadores de bellas imágenes.
Después del descanso abordó la Sonata n.º 29 op. 106 Hammerklavier, de Beethoven, una de las más grandes y complejas obras del repertorio pianístico en la que Varvara dejó claro su gran talento y su energía. Se trata de una pieza con estructura monumental, con cuatro movimientos cargados de contrastes e intensa y profunda pasión, desde la grandiosidad hasta la melancolía. La pianista superó con buena nota el desafió del autor en los pasajes rápidos, los saltos amplios y los cambios dinámicos. El cuarto movimiento es una fuga grandiosa cargada de extremos emocionales y técnicos, permitió a Varvara lucirse en uno de los pasajes más sublimes y dificultosos de la literatura pianística.
Varvara estuvo a la altura de las innovaciones armónicas inesperadas y los cambios tonales, revolucionarios para su tiempo, que alcanza perfiles de heroicidad en algunos pasajes. La obra concluyó con un final majestuoso y triunfante, que entusiasmó al público.
Como cierre a su nuevo y exitoso paso por Alicante regaló al público, que le dedicó una calurosa ovación, el bis Sarabanda de la Partita n.º 1 en Si bemol Mayor, de Bach.