Varvara, fusión perfecta de pasión y técnica
La evolución de la pianista rusa Varvara Nepomnyashchaya es incuestionable. En su sexta visita a la Sociedad de Conciertos de Alicante regaló un magnífico repertorio que cerró con una interpretación magistral, con una combinación perfecta de técnica, tempo y pasión de La Bella durmiente de Tchaikovsky, que emocionó a los asistentes al concierto. Al terminar esta conocida pieza el público se puso en pie para premiarla con una prolongada y calurosa ovación.
Previamente Varvara desgranó un programa que abrió con dos piezas de Haydn. La primera, la Sonata en sol menor, Hob. XVI:44, una pieza conmovedora, con tránsitos perfectos de la tranquilidad a la efusividad contenida, interpretada con gran expresividad; la segunda, la Sonata en Sol Mayor, Hob. XVI:40, es la primera de un ciclo de tres sonatas dedicadas a la princesa Marie Eszterhazy. Una obra que sigue los patrones de equilibrio y claridad del autor, que la pianista ha sabido captar y transmitir desde la primera nota.
Para concluir la primera parte, tocó cuatro piezas breves de Tchaikovsky: Nocturne en Fa Mayor, Op. 10 Nr. 1; Impromptu en fa menor nº1, op.72; Chant élégiaque en re bemol mayor nº14, op. 72 y Rêverie interrompue en La bemol Mayor nº12, op 40. Varvara dio muestras de su gran virtuosismo para afrontar la notable dificultad de estas composiciones de corte romántico.
La pianista agradeció el calor del público con dos magníficos bises: los movimientos 2 y 3 de la obra 4 Fairy Tales, op. 26, del compositor ruso y Nikolai Medtne, un autor que, partiendo del estilo romántico, apuesta por la evolución de las formas tradicionales y la armonía..